La metanfetamina es un estimulante poderosamente adictivo que afecta dramáticamente el sistema nervioso.
Es un polvo blanco, cristalino, sin olor, y con sabor amargo que se disuelve fácilmente en agua o licor.
Como la anfetamina, la droga incrementa la actividad, baja el apetito y produce una sensación general de bienestar.
La metanfetamina es corrientemente conocida como "speed", "meth", y "chalk". Generalmente se refiere a la forma fumada de la droga como "hielo" (ice), "cristal" (crystal), "arranque" (crank), y "vidrio" (glass).
En la literatura especializada, para diferenciarla del resto de los psicofármacos estimulantes y de otros derivados anfetamínicos, se le denomina MA.
Los efectos de la metanfetamina pueden durar de 6 a 8 horas. Después de la "sensación eufórica" inicial, hay un estado de alta agitación en algunos individuos que los puede conducir a que se comporten violentamente.
La metanfetamina es un estimulante clasificado en la "Schedule II", lo cual significa que la droga tiene un alto potencial de ser abusada y es disponible solamente por medio de recetas médicas que no se pueden renovar. Existen algunas razones médicas aceptables para el uso de esta droga, como el tratamiento de la narcolepsia, el desorden caracterizado por déficit de atención, y para uso, a corto plazo, del control de la obesidad; pero estos usos médicos son limitados.
La metanfetamina tiene efectos tóxicos. En los animales, una sola dosis alta de la droga ha revelado un gran daño a los terminales de los nervios en las regiones del cerebro que contienen dopamina. Se cree que el gran desprendimiento de dopamina producida por la metanfetamina contribuye a estos efectos tóxicos en los terminales de los nervios del cerebro. Dosis altas de la droga pueden elevar la temperatura del cuerpo a niveles peligrosos, a veces mortales, y también pueden causar convulsiones.
Además de ser adictos a la metanfetamina, los consumidores crónicos de la droga revelan síntomas que pueden incluir comportamiento violento, ansiedad, confusión, e insomnio. También pueden demostrar varias características psicóticas, incluyendo la paranoia, alucinaciones auditivas, ánimo alborotado, y delirio (por ejemplo, la sensación que insectos le caminan sobre la piel). Además, la paranoia puede provocar pensamientos de homicidio y/o de suicidio.
lunes, 5 de marzo de 2007
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